De Naguib Mahfuz

Me tomo la libertad en ésta ocasión de hacer una cita textual irremediable y oportuna del libro MIRAMAR escrito por el brillante Naguib Mahfuz

El problema es que cuando finalmente llegamos a ser conscientes de nuestra posición en este gran loquero llamado "el mundo", no podemos hacer otra cosa que perder la cabeza...

El sol y la luna marchan según lo calculado,
las hierbas y árboles se postrernan,
Él ha elevado el firmamento y ha equilibrado la Balanza de la Justicia

Luego de meditar lo necesario ésta afirmación logro descubrir la contundente realidad que yace entre estas palabras. Cuando salimos luego de ese glorioso despertar de mañana y nos vestimos el cuerpo para absurdamente sentirnos NO TAN INDEFENSOS, nos enfrenamos al choque de la calle, de los ruidos, de los otros y sin pensarlo demasiado vamos automatizados hacia nuestra entrega de día a día, dónde regalamos nuestra existencia y la dulzura de nuestro tiempo a destinos inciertos probablemente perdidos entre los sueños.

Uno no puede detenerse y de ser así, un día o una noche cuando la inercia de nuestros pasos no logran vencer por un instante a la conciencia, ésta nos apuñala el sentido intacto del vivir, es allí donde nos damos cuenta que en éste mundo, luego de descubrir aquello que escogimos, no nos queda otra opción que perder la cabeza.

Sin embargo, existe otra posibilidad. Aquella osadía que, en un intento desesperado de vivir y dejar de sobrellevar, asumimos nuestras limitaciones para, posteriormente (si existe la voluntad o si la hemos inventado) crear una realidad paralela.

Sí, una realidad paralela, que resulta tan importante y REAL, como aquella que nos mata de a poco, entonces sin darnos cuenta todo comienza a tener mas sentido. Existe un espacio interno lleno de quimeras algodonadas, lleno de sonrisas o de silencios y existe un espacio externo, lleno de calor humano, lleno de roces necesarios, de sonrisas o lágrimas no tan extrañas. Y en definitiva existe nuestro cuerpo, el punto exacto donde la coherencia nace y crece con un sentido casi inexplicable dándole, con generosidad forma y fondo a éstos dos espacios que nos pertenecen. Brindando el instante justo para respirar y sentirnos vivos. Para llorar si lo apetecemos o reír si es oportuno.

Así, nace el arte. Así nace la literatura. Así nace la locura. Así nace la cordura. La imaginación y al mismo tiempo el verdadero sentido de la lógica.

Es necesario encontrarnos allí, no es un punto medio, es una totalidad donde no se nos permite sufrir, donde la culpa y la preocupación son términos distantes y borrosos. Donde aquellos que vieron la luz en las sombras saben, que ninguna existe sin la otra y conocen por ende, el sentido mas allá de lo aparente.


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