Sigilosa y elegante una distancia que no sabe mantenerse,
atentando contra el tiempo abre su boca desesperada
enmudecida por una fuerza quebrantada
vierte sus formas, sus kilómetros ansiosos de un cuerpo ardido
mutilado
perdido
Se lanza al polvo confuso,
al malestar del sentido absurdo de posesión,
ese que acaricia con gracia el pensamiento,
ese que se asoma como peinando el alma.
Moribunda
fracasada
una distancia que solo sabe volverse loca.
AyR
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